Una victoria histórica (3-2) cosechó ayer Emelec en Paraguay. ‘El Bombillo’, con drama, selló su pasaporte a octavos de final de la Copa Libertadores de América. Mondaini, Mena y Quiñónez son parte de la gesta.
“Y quien no los hace los ve hacer”, dice un viejo dicho del fútbol. Emelec fue superior a Olimpia de Paraguay en el primer tiempo, sin embargo la
ineficacia de sus jugadores le privaron al ‘Bombillo’ de ponerse arriba en el marcador. En minutos adicionales ‘El Decano’ le enseñó a convertir.
Por citar dos ejemplos claros, en el minuto 2 y 34 el ‘Ballet’ gestó dos opciones claras de gol. Marcos Mondaini, ante centro de Enner Valencia, no supo concretar con golpe de cabeza. Más adelante el volante Fernando Giménez
desaprovechó la más clara. Un rebote le quedó al paraguayo, quien solo, en el área, careció de eficacia.
Cátedra tuvo que dar ‘El Decano’. En el primer minuto de adición, Olimpia, en base a un contragolpe, fue letal. Vladimir Marín receptó por derecha, el colombiano soltó un remate potente que el arquero ‘millonario’ no supo atajar. ‘El Rifle’ regaló un rebote que fue bien aprovechado por Arnaldo Castorino.
El drama se instaló en el segundo episodio. En el minuto 66 ‘El Diablo’ tendría su revancha. Enner Valencia, centella inalcanzable por derecha, nuevamente levantó un centro que, esta vez, Mondaini supo conectar con su parietal. ‘El Bombillo’ revivía.
Un ‘cortocircuito’ sintió Asunción 20 minutos más tarde. ¿Ángel o demonio? Mena hizo estremecer al ‘Puerto Principal’ y a todos los simpatizantes ‘eléctricos’ en el país. Una escapada de Marlon de Jesús por izquierda derivó en un pase para Ángel Mena, quien, sin piedad, soltó el remate. El balón fue a abrazarse con las redes.
Final de fantasía. Cinco minutos se adicionaron. Emelec cuidaba el resultado, ‘El Decano’ luchaba por su historia. Pablo Zeballos, en el primer minuto de adición, emparejaba las cosas, sin embargo ‘millonaria’ debía ser la alegría. A minuto seguido ‘El Diablo’ levantó la última esperanza que José Luis Quiñóñez, quien elevándose conectó no con cabeza sino con el alma. Emelec clasifica a la siguiente fase.