Homenaje al Chaso Jara, una sinfonía que se elevó hasta el cielo

 Los protagonistas del homenaje visitaron el monumento al Chaso Jara.

Es que las notas musicales, poesías y canciones, sobrepasaron el límite terrenal para viajar hasta el luminoso cielo de la Sultana de El Oro, desde donde sentado junto a su guitarra, José Antonio observó con grata complacencia como su gran obra musical le había ganado a la muerte: las melodías que los hijos de la tierra oro y sol cuidan como un gran tesoro se escucharon en el éter inquietando corazones y dejando volar los pensamientos.

Nada se desajustó del nivel de un programa organizado a la altura de la cultura zarumeña, cuando todo estuvo a su punto la voz de Voltaire Medina Orellana, que no pudo esconder sus emociones, contó con la fluidez de un intelectual que precisa en la investigación el fruto de sus logros, como fue estructurando el libro “Olvidarte Jamás”, con el que recupera las mas valiosas vivencias del inolvidable Chasito zarumeño. Sus palabras empezaron a formar un nudo en la garganta de los cientos de asistentes al acto cultural, entonces vino la intervención del burgomaestre Danilo Mora Astudillo, la primera autoridad municipal agradeció a los artistas, a los invitados y al público, dijo que en su administración el arte y la cultura ocupan un sitial especial, “el reconocimiento que esta noche le tributa el Gobierno Municipal que presido a José Antonio Jara Aguilar, es justo y adecuado, su legado permanece entre los que lideran la cultura musical del país”

La avenida Reinaldo Espinoza rápidamente se colmó de gente, en el escenario que tenía como fondo la casa en la que vivió el homenajeado apareció la también zarumeña, Saida Chávez para iniciar un recorrido musical que traería a la memoria las mejores canciones del trovador zarumeño, el público se entregó con especial motivación al espectáculo los aplausos prolongados surgieron con la espontaneidad producida por la vibrante emotividad; Peto Orellana, el inseparable amigo del Chaso, empezó a repasar en silencio la vida y las canciones, estaba sentado en primera fila, junto a su esposa y las autoridades, cantaba con sentimiento, estoy seguro que recordaba toda una resplandeciente trayectoria, llegó un momento en el que la nostalgia irrumpió con fuerza, no pudo detener sus lágrimas y lloró por su buen compañero, muchos de los que estaban a su lado, sintieron su sensibilidad, algunos se “quebraron”, lo vi también sollozar a Lucho Serrano, el alcalde Mora Astudillo reaccionó de igual manera, y otros mas que después dejé de observar porque me estaba ocurriendo lo mismo, el sentimentalismo humano cuando es sincero no oculta sus expresiones.
 

Luego triunfaron en el escenario: El Gran Trío, Rosa Guaycha, Tito Jara, el maestro Edgar Palacios, el público no se movió de sus asientos, quería mucho más; Edgar Palacios y Tito Jara retornaron por varias ocasiones para trasparentar otros elementos de su especial talento, ya fuera de libreto; los asistentes continuaban premiando de pie con sus aplausos cada nueva presentación. En el momento más emotivo el firmamento se iluminó con los radiantes colores de luces y fuegos pirotécnicos, caía el telón de un programa exquisito, que nunca será olvidado, así como nadie en su tierra natal olvidará al Chaso Jara. Los artistas expresaron que “ninguno de los similares espectáculos hasta ahora realizados se igualan al efectuado en la Ciudad Patrimonio, ni tampoco podrán llegar a tan alto nivel los que se realizarán en el futuro, es que la cultura zarumeña es inigualable, es especial, con una concurrencia como la de esta noche, que entiende y sabe lo que se le trasmite, quien no se va sentir bien”. La muchedumbre se retiró cuando las luces del escenario se apagaron, llevaban una Guía Turística que Paúl Moreno, Director de Turismo, entregó personalmente a la Municipalidad, y el corazón colmado de gratitud para el alcalde Danilo Mora por el extraordinario evento cultural presentado; la mayoría abrazó con singular aprecio a José Jara Armijos, hijo del Chasito que sintió de cerca el cariño que el pueblo le tiene a su padre. Hasta siempre José Antonio, te encontraré en el amanecer del nuevo día.