Santiago de Compostela, España.- El papa Benedicto XVI criticó el “agresivo” sentimiento antirreligioso que dijo florece en España, al iniciar el sábado una visita de dos días destinada a revivir la fe en una nación católica de importancia histórica.
Benedicto afirmó que el anticlericalismo que se siente actualmente en España data de los años 30, cuando la Iglesia padecía una ola de violencia y oposición mientras el país desembocaba de una democracia inestable a la guerra civil. La Iglesia sostiene que 4.184 religiosos murieron a manos del gobierno republicano, que a su vez acusó a la Iglesia de respaldar al general fascista Francisco Franco.
El pontífice recibió una calurosa bienvenida de miles de personas que entonaban “¡Viva el Papa!” pero también hubo atisbos de oposición. Unas cien personas se manifestaron contra la visita papal y unas pocas parejas de homosexuales se besaron ostensiblemente al paso de la caravana, en un anticipo de la protesta gay que le aguarda el domingo en Barcelona.
En un diálogo con los periodistas camino de Santiago de Compostela, Benedicto dijo que creó una nueva oficina en el Vaticano para combatir las tendencias seculares en el mundo. Afirmó que España era de interés especial por haber desempeñado un papel tan importante para revitalizar el cristianismo en el pasado.
“En España ha nacido un laicismo firme y agresivo, un anticlericalismo, una secularización como experimentamos en los años 30”, especificó. “Para el futuro de la fe, este encuentro -no un enfrentamiento sino un encuentro- entre fe y laicismo, desempeña un papel central en la cultura española”.
El pontífice hará dos escalas en España, primero en la ciudad de Santiago de Compostela, término de peregrinaciones en el pasado y el presente, cuya catedral supuestamente contiene los restos de Santiago Apóstol.
En su mensaje a su llegada a Santiago, el Papa recordó que su antecesor Juan Pablo II había lanzado una exhortación similar a España y Europa a redescubrir sus raíces cristianas durante su visita a Santiago en 1982.
Reclamó “una España y Europa preocupadas no solamente con las necesidades materiales de la gente sino también con sus necesidades morales y sociales, espirituales y religiosas, puesto que todos estos son requisitos genuinos de nuestra humanidad común”, dijo en español.
“Europa debe abrirse a Dios, debe encontrarse con El sin temor”, dijo Benedicto en español durante la misa ante millares de espectadores en la Plaza del Obradoiro, de Santiago. “La Europa de la ciencia y la tecnología, la Europa de la civilización y la cultura, debe ser a la vez una Europa abierta a la trascendencia y fraternidad con otros continentes”.
Unas 6.000 personas asistieron a la misa al aire libre a la sombra de la tradicional catedral, mientras que 200.000 personas colmaron la plaza y las calles empedradas del hermoso sector medieval de la ciudad y se alinearon en la ruta del papamóvil.
Todos los años, millones de fieles efectúan la peregrinación siguiendo el “Camino de Santiago” hasta esta ciudad gallega, particularmente en años de jubileo como el actual, debido a que la fiesta de Santiago, el 25 de julio, cae en domingo.
El símbolo del apóstol es particularmente importante para el pontífice: forma parte de su escudo de armas papal.
Benedicto bendijo a la multitud a la entrada de la catedral y después oró frente a la tumba del apóstol y abrazó su estatua. No todo el mundo estaba entusiasmado por la visita del pontífice. Policías antimotines chocaron el jueves por la noche con manifestantes antipapales en Santiago.
Benedicto cerrará su gira con una visita a Barcelona, donde dedicará la famosa e inconclusa Iglesia de la Sagrada Familia.
Allí será recibido por una demostración de homosexuales, evidencia del estilo de vida secular que el Papa ha identificado como una amenaza a la fe.
Con una oposición tan palpable al Papa, no es de sorprender que el jefe de gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, sólo vea al visitante justo antes de su partida el domingo por la noche. Las leyes proclamadas durante el gobierno actual, que han permitido el casamiento de personas del mismo sexo, el divorcio expeditivo y abortos más fáciles, han indignado al Vaticano.
En vez del jefe de gobierno, la familia real se encarga del protocolo durante la visita del Papa. El príncipe heredero Felipe saludó a Benedicto el sábado a su llegada a Santiago.
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